Clint Eastwood, el tipo duro que creó escuela en las películas del Oeste de Sergio Leone y que, años después, se reinventó como analista minucioso de los sentimientos más intensos, cumple hoy 80 años, convertido en el último gran clásico del cine.
Eastwood y su rostro impenetrable dieron clase al "spaguetti-western" y convirtieron en icónica la imagen del sombrero, el poncho y el cigarrillo puro zurcido a la comisura de los labios en una trilogía para la historia: "Por un puñado de dólares" (1964), "La muerte tenía un precio" (1965) y "El bueno, el feo y el malo" (1966).
Esos papeles le llegaron después de protagonizar algunos filmes de serie B y encarnar durante siete años a Rowdy Yates en la popular serie estadounidense "Rawhide", también ambientada en el Oeste. "Estaba cansado de interpretar al vaquero ejemplar", reconoció el propio actor. "El héroe de Leone era diferente. Una figura enigmática con tonos satíricos que funcionaba en el contexto de la película", añadió.
En ese mismo año debutó tras las cámaras con el thriller "Escalofrío en la noche" (1971), donde ya dejaba pistas sobre los terrenos pantanosos y perturbadores que le atraían como narrador, e interpretó uno de los papeles más recordados de su carrera: el del violento inspector de policía Harry Callahan y su mágnum 44 en "Harry el sucio", de nuevo a las órdenes de Siegel, que vería hasta cuatro secuelas. Sus mejores frutosSin embargo, el tándem con el director recogería sus mejores frutos en la mítica "Fuga de Alcatraz" (1979). En los 80 se volcó en su faceta como realizador y de ahí salieron éxitos como la cuarta parte de "Harry el sucio", llamada "Impacto súbito" (1983), o las recordadas "El jinete pálido" (1985) y "El sargento de hierro" (1986).
Doce años después repitió gracias a "Million Dollar Baby". Y, además, fue candidato en esas categorías por "Mystic River" (2002) y "Cartas desde Iwo Jima" (2006), en las que se animó a componer la banda sonora. Desde que filmara en 1988 "Bird", la biografía sobre el saxofonista Charlie Parker, Eastwood sorprendió con una voz y estilo propios, encadenando trabajos de hondo calado emocional y reflexiva emoción. Logró, incluso, el milagro de enamorar a la reina del drama, Meryl Streep, en "Los puentes de Madison" (1995).
Eso sí, su carrera como director no cesa. Para octubre tiene pendiente el estreno de "Hereafter", un "thriller" sobrenatural protagonizado por Matt Damon, y ya se prepara para rodar una película basada en la vida del ex director del FBI J. Edgar Hoover. El mundo del cine, no obstante, se resiste a creer que ya no volverá a ver a Eastwood en la gran pantalla. Ese tipo de gesto hosco que pronunció frases para la posteridad como "venga, alégrame el día" o "el mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado... y los que cavan. Tú cavas".