Santiago de Chile -

28 de mayo de 2010

En medio de las disputas comerciales por el freno de las importaciones, el Gobierno intentó un acercamiento con Brasil durante el encuentro que mantuvo Cristina Kirchner con Lula.

Tras la reunión, la Presidenta calificó como "más que buena" la audiencia con su par brasileño y dijo que sirvió para "profundizar el intercambio comercial entre ambos países".


Luego de los 40 minutos que duró el encuentro, Cristina Kirchner aclaró que quedó "sumamente conforme". La reunión se desarrolló en el Museo de Arte Moderno, donde se lleva a cabo el III Foro de la Alianza de Civilizaciones, en Río de Janeiro. También participaron del encuentro, el canciller argentino Jorge Taiana y brasileño Celso Amorín.

"El encuentro va a ser a agenda abierta", había anticipado el canciller Jorge Taiana al diario La Nación . Añadió que se hablarían todos los temas que hacen a la relación entre ambos países, incluido el comercio bilateral.

En la antesala de la reunión, Brasil incrementó las advertencias ante la política del Gobierno.

"Se dice que hay algunas autoridades argentinas que estimularon a algunos supermercados a comprar productos nacionales. Es algo de lo que no gustamos y va a acabar teniendo algún tipo de consecuencias", advirtió Amorim, en declaraciones consignadas por la agencia ANSA.

"Es muy importante que la Argentina comprenda que Brasil es un gran mercado para ellos", añadió. Y remató: "Para decir la verdad, estas cosas no son buenas".

Amorim reforzó así la amenaza de su país de responder con medidas recíprocas si se confirma el freno argentino a la importación que impulsa el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

No obstante, hacia el final, buscó mostrarse conciliador. "Confiamos que el tema sea resuelto", dijo. En este clima, la estrategia de la Casa Rosada destinada a bajar el tono a la polémica.

El conflicto. La decisión de Moreno de revisar el otorgamiento de permisos sanitarios a todos los productos alimenticios que ingresan en el país quedó parcialmente plasmada en una carta que envió el 23 de abril al director del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), pero no fue notificada formalmente como restricción ni a los importadores ni a los socios comerciales del país. Por eso, Brasil dice que sólo si se comprueban las trabas se aplicarán las correspondientes represalias.

Sin embargo, la noticia de que Moreno intervendría en la importación de alimentos ya provocó cancelaciones de algunos contratos que estaban previstos. Empresarios argentinos confirmaron ayer que el mecanismo instrumentado por Moreno se sigue aplicando para algunos productos. La autorización del INAL, que antes se expedía en menos de 24 horas, ahora sólo es automática para los productos autorizados por Moreno. El resto debe pasar una revisión que puede tardar hasta ocho días, según relató un empresario.