Santiago de Chile -

30 de mayo de 2010

Es como si se hubieran acostumbrado a que por primera vez el mundo hablara bien de Colombia. “La gente empezó a venir, nuestro presidente –Álvaro Uribe Vélez- trabajaba 24 horas, todos viajamos por Colombia, país en el que nos sentíamos secuestrados. De repente un pequeño respiro, tras décadas de bombas. Éramos coca, narcos, guerrillas, matones, saldos en rojo. Y ahora somos esperanza”, le explicó a ABC Julia Leguizamón, una médica de 40 años que el año pasado compró su primera casa e invirtió de nuevo.
Mañana domingo, 30 de los 44 millones de colombianos, saldrán a votar en unas elecciones de infarto porque los dos punteros están empatados. Juan Manuel Santos, candidato oficialista, ex Ministro de Defensa, artífice de importantes golpes a las guerrillas, promete continuar con el legado de Uribe y gobernar con pulso firme hasta el 2014. Lo paradójico es que compite con un antagonista, Antanas Mockus, matemático, filósofo, exitoso Alcalde de Bogotá. Mockus transformó una ciudad caótica y violenta en una urbe con normas, con reglas del juego claras, con civismo. Eso es lo que él propone: leyes, ética, no atajos, trabajo arduo en cambiar valores, ir pegados a la Constitución. 


¿Qué está en juego en estos comicios? Los analistas son claros. El hecho de que estén tan parejos Santos y Mockus quiere decir que, como bien lo demuestra el 73% de popularidad con el que se retira Uribe, la gente está agradecida con el presidente y le reconoce su trabajo. Uribe bajó en 85% el índice de secuestros, en más de 40% el de homicidios, generó inversión extranjera, 10,8% más de turismo. Pero en su segundo periodo, tras ser reelegido en 2006 luego de una reforma constitucional, fue evidente cómo se obtenían resultados sin importar los métodos. Se supo, por ejemplo, cómo miles de civiles fueron asesinados por las Fuerzas Armadas para ser presentados como rebeldes muertos en combate y así decir que la guerra se estaba ganando. También se descubrió cómo la policía secreta, con el visto bueno del círculo privado del poder de Uribe, había espiado a contradictores y opositores para entorpecer los niveles de denuncia. La corrupción llegó a tal extremo que incluso los dos hijos de Uribe pasaron de ser universitarios dueños de negocio de artesanías, a prósperos empresarios de zonas francas con jugosas ganancias.
Por eso las elecciones de mañana, vigiladas por 400.000 soldados pues hay riesgos de enfrentamientos en 82 municipios, son una especie de balance moral. Si gana Santos, economista, educado en las mejores universidades, descendiente de una próspera familia, puede que haya menos riesgo, más de lo mismo, menos cambios. Si gana Mockus, es posible que surjan crisis, que cuando pase un proyecto al Congreso, mayoría uribista, no lo aprueben y entorpezcan toda iniciativa por moralizar y enderezar el país. Gobernar sin apoyo, es casi como llegar a Monte Everest sin oxigeno, dicen los analistas.Las encuestas dicen que el 70% de los electores saldrá a votar. Si es así la votación alcanzará mañana un récord histórico en primera vuelta superior al 50%Salto al vacío
Cuando a Mockus lo cuestionan sobre ser un salto al vacío, él responde. “Soy un salto a la coherencia y a la transparencia, lejos de la compra de votos con cargos, contratos y notarías (…). Quienes hablan de salto al vacío quieren conservar a toda costa los vicios del pasado: los falsos positivos (asesinato de civiles), el clientelismo y las recomendaciones”, le dijo al diario «El Tiempo».
Santos, entretanto, responde. “Yo soy un hombre de resultados, yo no me bajo los pantalones (Mockus se hizo famoso cuando mostró su trasero para comunicarse con los estudiantes de la universidad), me los amarro. Ustedes podrán dormir tranquilos conmigo los próximos cuatro años…”.
Por esa dualidad, se ha presentado un fenómeno diciente: las encuestas dicen que el 70% de los electores saldrá a votar. Si es así la votación alcanzará mañana un récord histórico en primera vuelta superior al 50%. Si no se cumplirá lo pronosticado. Habrá segunda vuelta el 20 de junio con otro riesgo adicional: la Misión de Observación Electoral (MOE) y la Organización de Estados Americanos (OEA), veedoras de los comicios, alertaron sobre los altos riesgos de fraude en junio. Y todo por ese empate entre Santos y Mockus.